Además, si se decide limpiar la fachada de un edificio, puede ser que sólo se limpie una parte, por ejemplo, la visible desde la acera. Un rascacielos o un edificio muy alto, por ejemplo, puede ser limpiado desde el suelo hasta el sexto piso solamente, limitando el esfuerzo de limpieza a la parte de la fachada del edificio que es visible para los ocupantes del mismo. Limpiar sólo las plantas bajas es una alternativa viable cuando puede ser costoso -por no hablar de la peligrosidad de limpiar completamente la fachada de un edificio en un lugar urbano contaminado.
Un edificio rural puede justificar solamente el remojo de agua para eliminar contaminantes leves (como la suciedad), mientras que un edificio urbano requerirá muy probablemente un esfuerzo de limpieza más profundo – para eliminar contaminantes más peligrosos – y así lograr el mismo nivel de limpieza.
Mientras que la estética es la razón obvia – y principal – para limpiar la fachada de un edificio, el esfuerzo por exponer el sustrato para su evaluación y reparación es la segunda razón más cercana. Es casi imposible medir el estado de un sustrato de mampostería, por ejemplo, cuando la fachada está cubierta de suciedad y mugre. Para determinar aquellas áreas que necesitan ser parcheadas, reparadas o reselladas – o, en algunos casos, incluso para identificar adecuadamente el sustrato – la fachada debe ser limpiada de todos y cada uno de los elementos que impidan su evaluación adecuada.
Otra motivación clave detrás de la limpieza de fachadas es el esfuerzo por eliminar de la fachada los contaminantes dañinos como los óxidos de azufre y nitrógeno, y otros contaminantes de la lluvia ácida. Estos contaminantes sirven para acelerar el deterioro de la fachada.
Es un buen ejemplo: La humedad es la causa principal de la descomposición de la mampostería. Cuando la humedad se combina con sales solubles de aguas pluviales contaminadas o con gases atmosféricos, la descomposición se acelera. Cuando la sal soluble se disuelve en agua, viaja profundamente hacia el sustrato de mampostería a través de poros o grietas. Una vez que la humedad se evapora, la sal se cristaliza, ejerciendo tremendas presiones que rompen la mampostería desde dentro..
Por último, la limpieza de fachadas abre los poros del edificio y permite la transpiración normal de la humedad. La humedad atrapada dentro de una pared de mampostería, por ejemplo, permanecerá allí si una capa impermeabilizante impide su salida. En este caso, como la humedad es la causa principal del deterioro de la mampostería, la limpieza completa de la fachada incluyendo la eliminación de la capa de impermeabilización puede ser el componente clave del esfuerzo de un profesional para restaurar el edificio.
Principales motivos de la suciedad en las fachadas:
- Contaminación.
- Excrementos de animales.
- Vierteaguas en las ventanas.
- Agua de lluvia.
- Pintadas y grafitis.
Métodos para la limpieza de fachadas:
- Limpieza con agua a presión.
- Limpieza con arena.
- Limpieza química de fachadas.
Tipos de fachadas :